Por Paolo Levi
(ANSA) - PARIS, 25 APR - Un grito de redención contra el
riesgo de desaparición de la Unión Europa: a menos de dos meses
de las elecciones europeas del 9 de junio, Emmanuel Macron
invoca una sacudida colectiva para la afirmación de una UE más
fuerte, próspera y fiel a esos mismos valores humanistas que la
hicieron grande en el mundo.
Una llamada a la movilización general, la del presidente
francés elegido en 2017 sobre las notas del Himno a la Alegría,
para la salida definitiva de la ingenuidad y el advenimiento de
una "Europa poderosa", capaz de responder a los retos del nuevo
milenio, empezando por un necesario "cambio de ritmo" en materia
de defensa común.
A siete años de su primer discurso por "una Europa soberana,
unida y democrática" en la Sorbona, apenas unos meses después de
su primera victoria en el Elíseo, Macron regresó a la antigua
universidad parisina para hacer balance de los progresos
realizados hasta ahora (incluidos el plan de recuperación
NextGenerationEU que introdujo por primera vez una forma de
mutualización de la deuda a nivel de los Veintisiete) y definir
las direcciones que espera para el futuro.
Un largo discurso que duró casi dos horas y durante el cual
mencionó varias veces a tres ex primeros ministros italianos,
Enrico Letta, Mario Draghi y también Matteo Renzi.
En el abarrotado auditorio de la Sorbona, frente a la plaza
Painlevé, donde se encuentra la antigua loba capitolina, símbolo
del hermanamiento entre Roma y París, estaban presentes 500
invitados, entre ellos el primer ministro, Gabriel Attal, los
principales ministros del gobierno, el comisario de la UE,
Thierry Breton, así como los embajadores de los otros 26 Estados
miembros de la Unión.
"Nuestra Europa es mortal, puede morir", evitar esta
perspectiva "depende únicamente de nuestras decisiones, pero
debemos tomarlas ahora", advirtió el líder francés, calificando
una Unión "rodeada" de potencias regionales y de los vientos de
guerra que vuelven soplará en el Viejo Continente tras la
agresión rusa en Ucrania.
Ante estos escenarios, advirtió, es necesario "un cambio de
paradigma profundo e imprescindible", con un programa
estratégico de defensa "creíble".
Macron volvió a insistir en la necesidad de nuevas formas de
deuda común para invertir en el sector militar, así como de la
introducción de una "preferencia europea", una especie de
cláusula "Made in Europe" para el espacio y la defensa.
La consolidación de nuestra industria de defensa "es una
necesidad", subrayó, lamentando que hoy Europa siga comprando el
80% de su arsenal a potencias extranjeras como Estados Unidos o
Corea del Sur.
En cuanto a las políticas migratorias, punto fuerte de la
extrema derecha de cara a la votación de la UE (hoy la Asamblea
Nacional de Marine Le Pen aventaja al partido presidencial
Renacimiento con al menos diez puntos), Macron elogió el pacto
sobre asilo aprobado recientemente en Estrasburgo y pidió una
Europa que recupere "el control de sus fronteras", proponiendo
una "estructura política" continental, un "consejo Schengen" que
decida "eficazmente" sobre los inmigrantes, la delincuencia y el
terrorismo.
En el plano económico, el presidente, blanco de la oposición
en los últimos meses por el alarmante estado de las finanzas
públicas francesas (con un reporte déficit/PIB que saltó al 5,5%
en 2023, muy por encima de las previsiones), pidió "un shock de
inversiones comunes", pero también la introducción de un
"objetivo de crecimiento", además de la contención de la
inflación.
Ante la competencia de Estados Unidos y China, que "no
respetan" las normas, el líder francés propone "una excepción a
la libre competencia" en algunos sectores estratégicos, como la
inteligencia artificial y las tecnologías verdes.
Evocando el riesgo de un distanciamiento económico de Pekín
y Washington, Macron dijo entre otras cosas que estaba "a favor"
del último informe de Enrico
Letta sobre el futuro mercado único, en particular con respecto
a la expansión del mercado único a sectores como energía,
telecomunicaciones y servicios financieros".
Finalmente, Macron hizo un llamamiento a Europa para renovar
el hilo de su antigua tradición humanista, formando a los
ciudadanos del mañana a través del "conocimiento, la cultura y
la ciencia". Promoviendo, entre otras cosas, "una Europa de la
mayor edad digital a los 15 años", ante la cual no puede haber
acceso a las redes sociales sin control parental, pero también
"una alianza de museos y bibliotecas europeos".
Además de la introducción de un pase cultural de la UE ("una
idea que en Francia, para no ser chovinistas, tomamos de la
Italia de Matteo Renzi. Y esto también es Europa", afirmó) y un
"pase Interrail" para contribuir a la movilidad de los jóvenes,
como ya propuso Letta.
Según los observadores, el considerado discurso "La Sorbona
2" pretendía marcar de algún modo la entrada de Macron en la
campaña para las elecciones europeas, aunque el Eliseo rechaza
rotundamente esta versión, repitiendo que solo se trata de
indicar una vía para después de la votación y "pesar" en la
agenda estratégica de la futura Comisión. (ANSA).