Por Tullio Giannotti
(ANSA) - PARIS, 29 APR - Primera visita de Xi Jinping a
Europa desde los tiempos de la pandemia. Siempre aplazada, la
gira que llevará al presidente chino y a su esposa, Peng Liyuan,
a Francia -luego a Serbia y Hungría- comenzará la próxima semana
con la visita de Estado a Francia.
Si la espera fue larga, la realización del proyecto llega en
un momento mucho más intenso y difícil para las cuestiones
internacionales, con las dos guerras a las puertas de Europa.
A su llegada, el lunes, Xi y su esposa serán recibidos con
todos los honores en el Elíseo por Emmanuel y Brigitte Macron,
con una cena de estado en los pasillos del palacio presidencial.
En la reunión del Elíseo, como hace un año en China, la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también
será invitada a una mesa trilateral.
Al día siguiente las dos parejas presidenciales viajarán
juntas a la región de los Pirineos, donde el presidente francés
-según trascendió- pretende tener un momento de mayor intimidad
con el líder de Pekín.
Y no podría haber elegido un lugar mejor que
BagnŠres-de-Bigorre, el lugar de su infancia, donde frecuentaba
a su querida abuela materna, Germaine NoguŠs, fallecida en 2013.
Un lugar íntimo para Macron, que así quiere corresponder al
gesto realizado allí el año pasado por Xi, quien lo recibió en
Guangzhou para una ceremonia del té en la residencia del
gobernador de la provincia de Guangdong, donde residía su padre,
Xi Zhongxun, cuando ocupó ese cargo entre 1978 y 1981.
"Las conversaciones -dejó filtrar la presidencia francesa-
se centrarán en las crisis internacionales, en primer plano las
de la guerra en Ucrania y la situación en Medio Oriente, las
cuestiones comerciales, la cooperación científica, cultural y
deportiva, y nuestras acciones comunes frente a cuestiones
globales, en particular la emergencia climática, la protección
de la biodiversidad y la situación financiera de los países más
vulnerables".
Hace exactamente un año, en Pekín y Guangzhou, Macron pidió
a Xi que "haga entrar en razón a Rusia" sobre la agresión contra
Ucrania y que "todos se sienten a la mesa de negociaciones".
El presidente chino, en una conversación cara a cara con el
jefe del Eliseo, dijo que estaba dispuesto a llamar a su
homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, lo que en realidad
ocurrió poco después. Sin embargo, sin que se consiguiera el
progreso diplomático con el que contaba París.
Francia planea ahora intentarlo de nuevo.
París sigue considerando a Pekín como el principal aliado
político y económico de Moscú, con el cual el diálogo está
congelado.
Las relaciones con China se convierten así en una prioridad
en el conflicto ucraniano: "Debemos seguir colaborando con China
que, objetivamente, es la entidad internacional que tiene las
palancas más importantes para influir sobre los cálculos de
Moscú", afirmó una fuente diplomática francesa.
Siempre con mucha cautela, subrayando que en estos casos no
se esperan grandes avances de un día para el otro.
Los chinos, que se dicen neutrales, nunca condenaron la
invasión rusa, a pesar de haber hecho llamamientos a la paz.
En este contexto, también surge la importancia de la visita
del presidente ruso, Vladimir Putin, a China, prevista para
mayo.
El presidente chino, después de París, es esperado en Serbia
y luego en Hungría, del 8 al 10 de mayo. (ANSA).