Por Luca Mirone
(ANSA) - ROMA, 29 APR - El gobierno italiano ha solicitado
oficialmente a las autoridades rusas rever a nacionalización del
Grupo Ariston Thermo y convocó al embajador Alexey Paramonov a
la cancillería en Roma, para expresarle "fuerte desaprobación"
por una medida que afectó las "legítimas actividades económicas
de empresas extranjeras" en Rusia.
Sin embargo, el diplomático mantuvo su posición, y acusó a
Roma de "sacrificar los intereses nacionales en peligrosas
aventuras antirrusas".
El secretario general de la Cancillería, Riccardo Guariglia,
al recibir al enviado de Putin, solicitó "aclaraciones" sobre el
caso Ariston, una operación "que no encuentra fundamento en el
derecho", especialmente porque se llevó a cabo "contra una
empresa con una arraigada historia en el país y que no tiene
conexión alguna con la actual situación de crisis
internacional".
Por ello, se expresó "la esperanza de que Rusia pueda
reconsiderar la medida tomada, ya que ha sido calificada por
parte rusa como temporal".
Mientras tanto, el canciller Antonio Tajani "se reserva el
derecho de profundizar en las consecuencias de la decisión rusa
junto con los socios del G7 y la UE y de evaluar una respuesta
adecuada", informó el Ministerio de Relaciones Exteriores en un
comunicado al final de la reunión.
Tajani recordó que Italia actúa "en línea con los socios
europeos y, en particular, con Alemania", porque Bosch, junto
con la filial rusa de Ariston, también quedó bajo el control de
Gazprom.
La respuesta de Paramonov a Guariglia fue una defensa total
de la operación. Según la embajada rusa, se proporcionaron a la
contraparte "explicaciones exhaustivas sobre la legalidad y
fundamentos de las decisiones tomadas".
Y sobre todo, el ataque a Roma, se destacó que la
"responsabilidad" por "el deterioro de las relaciones económicas
y comerciales" bilaterales "recae completamente en las
autoridades italianas".
La referencia es a las "acciones hostiles emprendidas por
los Estados Unidos de América y otros estados extranjeros para
privar ilegalmente a Rusia, sus entidades jurídicas y varias
personas físicas del derecho de propiedad y/o limitar ese
derecho sobre bienes ubicados en el territorio de esos estados".
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, Rusia ha puesto
bajo "gestión temporal" los activos de una veintena de empresas
occidentales (incluidas Danone y Carlsberg), justificando estas
iniciativas como represalias por las sanciones occidentales.
Y Moscú, en esta etapa, también está observando de cerca los
activos congelados en Europa, en caso de que se apruebe la línea
de utilizarlos para apoyar financieramente a Kiev.
Vladimir Putin, al mismo tiempo, desde la primavera de 2022,
ha impulsado también la nacionalización de industrias privadas
rusas, en nombre de la "seguridad nacional": desde textiles
hasta tierras raras, desde óptico-mecánica hasta electrónica, en
señal de una casi completa conversión a una economía de guerra.
Además de Tajani, el ministro de Empresas, Adolfo Urso,
también está tratando el caso Ariston, y ha hablado con los
ejecutivos del grupo, en presencia del gobernador de Marche,
Francesco Acquaroli.
En la reunión, Urso explicó que el gobierno está trabajando
con la UE en "nuevos instrumentos, en el marco del marco
sancionatorio, para proteger a las empresas italianas y europeas
afectadas por acciones de represalia similares por parte de la
Federación Rusa".
En Bruselas, según se informa, la Comisión también ha
presentado otras propuestas. Por ejemplo, si una empresa es
confiscada o puesta bajo administración temporal en Rusia, el
operador europeo podrá actuar ante los tribunales nacionales
para atacar los bienes pertenecientes a las personas que se
benefician de la medida de ejecución forzosa por parte de la
autoridad rusa.
También se discutirá la situación en la "mesa Rusia"
convocada para el jueves por Tajani junto con representantes de
Confindustria y ejecutivos de los ministerios involucrados.
(ANSA).