Por Lorenzo Trombetta
(ANSA) - ROMA, 30 APR - En el extremo norte del Líbano, a más
de 100 kilómetros del frente caliente entre el Hezbolá libanés e
Israel, milicianos sunitas, hace un tiempo acérrimos rivales del
partido chiíta, desfilan ahora armados hasta los dientes,
celebrando a los "mártires" caídos en batalla en el extremo sur
junto con el movimiento proiraní.
En Bebnin, conocida como la 'capital de los contrabandistas'
que organizan los viajes de los inmigrantes desde el norte del
Líbano a Italia, el grupo Jamaa Islamiya celebra el funeral de
dos de sus combatientes muertos en un ataque israelí: quienes
disparaban al aire ráfagas de fusiles automáticos y los que
muestran lanzacohetes y ametralladoras de gran calibre.
El triste balance del desfile fúnebre fue que cuatro civiles
resultaron heridos en la zona, cada vez más alarmados por la
militarización de la sociedad en un país que lleva más de seis
meses en guerra y de más de cuatro años azotados por la peor
crisis económica de su historia.
Desde las primeras semanas del conflicto entre Hezbolá e
Israel, que estalló en octubre pasado, Jamaa Islamiya tomó
posiciones a lo largo de la línea del frente en el sur del
Líbano. Y lo hizo con su brazo armado: Quwwat al Fajr, las
Fuerzas del Alba.
Al explotar la presencia de pequeñas comunidades sunnitas en
un océano chiíta en torno a la ciudad fronteriza de Shebaa, el
grupo histórico del sunnismo político de Medio Oriente, relegado
durante años a la periferia del espectro sociopolítico libanés,
intenta ganar credibilidad como "fuerza de resistencia". Y lo
hace colocándose bajo el paraguas de Hezbolá.
Hezbolá y Jamaa Islamiya estuvieron en el lado opuesto del
Islam político y militante durante décadas. Así como Hamás, una
rama de los Hermanos Musulmanes sunnitas, es el opuesto
ideológico del movimiento chiíta apoyado por Teherán. Los
miembros de Jamaa Islamiya en el Líbano hasta el año pasado
maldijeron a Hezbolá.
Nacido en Egipto en los años '70 como el movimiento más
extremista de los Hermanos Musulmanes, la Jamaa Islamiya
(literalmente: la agrupación islámica) es considerada un "grupo
terrorista" por la Unión Europea, Gran Bretaña, Israel y Rusia.
Para Estados Unidos, sus milicianos ya no son "terroristas"
desde hace dos años.
En el contexto de la guerra entre Hezbolá e Israel, la Jamaa
Islamiya llevó a cabo hasta ahora ataques casi demostrativos,
aunque buscando insistentemente el "martirio" de algunos de sus
hombres para así poder demostrar -como ocurrió el pasado domingo
en Bebnin- su presencia política y militar en el contexto
libanés.
Oros pequeños grupos del sunnismo libanés local hicieron lo
mismo, como las
Brigadas de Resistencia (Saraya al Muqawama), afiliadas a
Hezbolá.
También Hamás, a través de sus afiliados locales de las
Falanges de Jerusalén (Kataeb al-Quds) y su brazo armado de las
Falanges de Qassam, también lanza periódicamente ataques contra
Israel: siempre en coordinación con Hezbolá, los verdaderos
dueños del territorio en el sur del Líbano.
La presencia de esta galaxia de grupos sunnitas que operan
cerca de la línea divisoria entre Israel y el Líbano favorece la
retórica de Hezbolá, que presenta su lucha no solo como proiraní
sino como panislámica: "Por la liberación de Jerusalén", tercera
ciudad santa del Islam. (ANSA).