(ANSA) - MONFALCONE 1 MAY - Las tres centrales sindicales
italianas, CGIL, CISL y UIL, salieron juntas a las calles para
el 1 de mayo, que celebran este año con la tradicional
manifestación en Monfalcone, en la provincia de Gorizia, que
dedican a Europa - "una Europa de paz, trabajo y justicia
social", pero persisten diferencias entre ellos en la evaluación
de las intervenciones implementadas por el gobierno.
El último diferendo es acerca de los incentivos a la
contratación de jóvenes y mujeres y al bono de 100 euros que se
pagará en enero, anunciados por la premier Giorgia Meloni.
Para la CGIL y la UIL se trata de anuncios publicitarios,
"una estafa electoral, un insulto al sentido común", ataca
Maurizio Landini. Se necesitan "medidas estructurales", insiste
Pierpaolo Bombardieri.
Para la CISL, sin embargo, se trata de medidas
"importantes", aunque todavía no sean suficientes: "Hay que
hacer más", prosigue el debate con el ejecutivo, para aumentar
los salarios y las pensiones y renovar todos los contratos. Y,
como señalan al unísono, confirmar el recorte de los aportes
fiscales. (ANSA).