Por Massimo Lomonaco
(ANSA) - TEL AVIV, 03 MAG - El gobierno de Israel avisó hoy a
la organización Hamás que si no se llega a un acuerdo por los
rehenes en el plazo de una semana, comenzará la operación en
Rafah.
Sin embargo, la facción islámica acusó al primer ministro
israelí, Benjamín Netanyahu, de pretender socavar las
posibilidades de una tregua.
Mientras que el jefe de la CIA, William Burns, llegó a El
Cairo para impulsar un acuerdo que aún está en juego.
Según el diario The Wall Street Journal, que citó fuentes
egipcias, el Estado judío "notificó" a Hamás que si no se
alcanza un acuerdo de alto el fuego y la liberación de los
rehenes en un plazo de siete días, el ejército entrará en la
ciudad más al sur de Gaza, cerca de Egipto, donde se encuentran
hacinados más de un millón de desplazados.
Pero Hossam Badran, miembro de la oficina política de
Hamás, rechazó el ultimátum de Israel, y explicó que sus
negociadores están discutiendo actualmente, internamente y con
otros grupos armados palestinos, la propuesta de alto el fuego
presentada a finales de abril, antes de regresar a El Cairo,
donde tendrán lugar negociaciones indirectas con Israel.
Por ello, Netanyahu convocó para el domingo al Gabinete de
Guerra y, a continuación, al Gabinete de Seguridad, dos hechos
políticos importantes para cualquier decisión, incluso aquella
de la aprobación definitiva de la ley que frena las actividades
en Israel de Al Jazeera, la emisora ;;qatarí.
Estados Unidos y la comunidad internacional se oponen
firmemente al ingreso israelí en Rafah.
No es casualidad que el secretario de Estado
estadounidense, Antony Blinken, para evitar esa eventualidad,
haya presionado repetidamente en los últimos días a Hamás para
que firme el acuerdo.
Incluso el secretario de la ONU, Antonio Guterres,
"imploró" hoy a Hamás y al gobierno israelí "llegar a un
acuerdo".
"Sin esto -explicó- las consecuencias de la guerra tanto
en Gaza como en toda la región empeorarán exponencialmente".
En tanto, la posibilidad de que la Corte Penal
Internacional (CPI) de La Haya emita órdenes de arresto por
crímenes de guerra pende cada vez más sobre los dirigentes
políticos y militares israelíes.
El fiscal jefe Karim Khan rechazó los intentos de
"intimidar" a la Corte después de que un grupo de senadores
estadounidenses se reunieran de modo online con altos
funcionarios de la CPI, en las que se expresó preocupación por
posibles órdenes de arresto.
Khan exigió que "todos los intentos de obstruir, intimidar
o influir indebidamente en sus funcionarios cesen de inmediato".
Y el conflicto entre Turquía e Israel también se está
volviendo cada vez más encarnizado, tras la decisión de Ankara
de cortar por completo el comercio con el Estado judío (cifrado
en unos 9.500 millones de dólares).
"No podíamos quedarnos de brazos cruzados y mirar. La
situación es inaceptable", denunció el presidente turco, Recep
Tayyip Erdogan, quien explicó que la medida pretende obligar a
Israel a firmar la tregua.
Luego acusó a Netanyahu "de no tener conciencia".
"Erdogan, el dictador que sueña con ser sultán", respondió,
por su parte, el canciller israelí, Israel Katz en Jerusalén.
"Trabaja al servicio de Hamás, viola los acuerdos y quiere
dañar a Israel, pero, en realidad, perjudica a los palestinos a
los que pretende ayudar. Trabajaremos -añadió- para reducir
cualquier vínculo financiero entre él, la Autoridad Palestina y
Gaza".
En el día 210 de la guerra, Israel continuaba con sus
operaciones en el sur y el norte de Gaza.
Al Jazeera informó sobre "un ataque aéreo nocturno contra
una casa en el norte de Rafah, que se cobró 7 vidas, incluidos 4
niños".
Mientras, se supo que dos israelíes que hasta ahora se
consideraban rehenes de Hamás fueron asesinados el 7 de octubre
en un ataque de la facción islámica.
El primero es Dror Or, del kibutz Beeri, cuyo cuerpo fue
trasladado por milicianos a Gaza.
El segundo es Elyakim Libman, identificado en Israel tras
una larga y compleja investigación técnica forense. (ANSA).