Por Stefano Intreccialagli
(ANSA) - ROMA, 03 MAG - Los soldados rusos se convierten en
los vecinos incómodos de las tropas estadounidenses en una base
aérea en Níger, donde los temores estadounidenses de perder
influencia en el país clave para la estabilidad del Sahel a
favor del Kremlin se están volviendo cada vez más concretos.
Confirmado por algunas filtraciones de medios, el secretario
de Defensa Lloyd Austin informó que militares rusos han
ingresado al sitio que también alberga tropas estadounidenses,
después de que Niamey solicitara que las fuerzas estadounidenses
se retiraran del país, mientras las tensiones entre Washington y
Moscú están en su punto máximo debido a la guerra en Ucrania.
Austin afirmó que el despliegue ruso no plantea un "problema
significativo en términos de protección para nuestras fuerzas".
La base aérea 101, protagonista de la historia, "es una base
de la fuerza aérea nigerina ubicada cerca del aeropuerto
internacional de la capital. Los rusos se encuentran en un
edificio separado y no tienen acceso a las fuerzas
estadounidenses ni a nuestro equipo", declaró Austin, mientras
que desde el Kremlin el portavoz Dmitry Peskov se limitó a
enfatizar que Moscú "está desarrollando sus relaciones con
varios Estados africanos en todos los sectores, incluida la
defensa".
Hasta julio del año pasado, Níger había sido un socio clave
para Washington en el Sahel. Pero después del golpe de Estado
que derrocó al presidente electo Mohamed Bazoum, en marzo, el
régimen militar calificó el acuerdo de cooperación militar con
EE. UU. como "impuesto unilateralmente" y la presencia de tropas
estadounidenses como "ilegal".
A mediados de abril, Washington aceptó retirar a sus más de
1.000 soldados del país, con los detalles de la retirada aún por
definir. Mientras tanto, instructores rusos llegaron a Niamey
mientras las autoridades del país recibían el primer lote de
equipamiento militar de Moscú.
No solo Níger preocupa a la administración estadounidense:
Estados Unidos y sus aliados se han visto obligados a trasladar
tropas de varios países africanos después de golpes de Estado
que han llevado al poder a grupos que quieren distanciarse de
los gobiernos occidentales.
Además de la inminente salida de Níger, en los últimos días
las tropas estadounidenses también abandonaron Chad. Al mismo
tiempo, Rusia está buscando fortalecer las relaciones con las
naciones africanas, presentándose como un país sin ningún pasado
colonial en el continente.
Ante este escenario, el tema del Sahel también fue abordado
en la reunión bilateral entre el ministro de Relaciones
Exteriores, Antonio Tajani, y el secretario de Estado de EE.
UU., Antony Blinken, al margen del G7 en Capri.
Con la retirada de sus tropas, para Washington es
fundamental que Europa permanezca en Níger para contrarrestar la
creciente influencia rusa, ya consolidada en los vecinos Burkina
Faso y Malí.
En diciembre pasado, el gobierno nigerino ya obligó a las
tropas francesas a hacer las maletas, mientras que Italia
mantiene su contingente militar. Y la orientación de Roma es
"seguir estando presente" en la zona, había asegurado Tajani
después de la reunión. (ANSA).