(ANSA) - TURIN, 03 MAG - Bologna volvió a empatar hoy, esta
vez sin goles como visitante del Torino, en el inicio de la
trigésimo quinta fecha y si bien no le alcanzó para desplazar
del tercer puesto a Juventus, el punto le bastó para mantenerse
a distancia de una Roma que lo persigue y también aspira a jugar
la próxima Champions.
Quizás por eso los jugadores comandados por el ítalo-brasileño
Thiago Motta celebraron el empate junto con los cerca de dos mil
fanáticos que los acompañaron en Turín, donde la enorme mayoría
de 24 mil aficionados que se dieron cita en el estadio
despidieron con silbidos al equipo del croata Ivan Juric.
Una muestra de la impotencia que generó este nuevo empate del
"granate", que sigue sin poder ganar desde hace cinco fechas en
las que cosechó otros dos y dos derrotas y se despidió
prácticamente de la posibilidad de disputar una Copa europea en
la próxima temporada.
Mereció algo más el equipo de Juric hoy en una jornada que
antecedió a un nuevo aniversario, el septuagésimo quinto, de la
tragedia de Superga que marcó un antes y un después en la
historia del club, que perdió al plantel del recordado "Gran
Torino" en aquella fatídica jornada.
Hoy, los dirigidos por el croata no pudieron rendirle homenaje
como hubiesen querido, tributándoles una victoria ante el equipo
sensación de un campeonato que ya consagró por anticipado a
Inter y decretó también por anticipado el descenso de la colista
Salernitana.
Con otros dos descensos por definirse y las últimas plazas
disponibles a la próxima Champions, así como a la Europa League
y a la Conference League, se puso en marcha esta fecha, cuando
restarán otras tres por jugarse para que el torneo otorgue los
últimos veredictos.
Torino soñaba con jugar una Copa europea y de allí la decepción
de sus aficionados ante una nueva ocasión desperdiciada pues,
más allá del gran momento que atraviesa Bologna, el local hoy
jugó mejor y mereció algo más, tal como lo refleja el hecho de
que el arquero polaco Lukasz Skorupski haya sido la figura del
partido.
Contra él chocaron el colombiano Duván Zapata y el paraguayo
Antonio Sanabria, asistidos por croata Nikola Vlasic en la
delantera del Torino, mientras que Thiago Motta sorprendió al
marginar del once inicial a Riccardo Orsolini y optar por el
suizo Dan Ndoye (a quien luego reemplazó) para acompañar en
ataque al goleador neerlandés Joshua Zirkzee y al belga Alexis
Saelemaekers.
Torino, que salió al ruedo con una casaca alusiva a aquel equipo
diezmado por la tragedia de Superga, aceleró desde el inicio en
busca del triunfo y por eso no extrañó que generase las primeras
llegadas de riesgo en el partido.
Un remate de Vlasic rechazado, otro de Sanabria que sacudió el
travesaño y una intervención destacada de Skorupski ante uno de
Zapata dieron cuenta de ese predominio del local, al que Bologna
respondió apenas con un remate desviado de Zirkzee.
Cuando mejor jugaba Torino, Vlasic acusó una dolencia que obligó
a reemplazarlo antes de la media hora de un duelo que tuvo otra
llegada a fondo de Zapata y una del suizo Michel Aebischer sobre
el arco defendido por el serbio Vanja Milinkovic-Savic antes del
descanso.
Torino cerró por trigésima vez en 35 fechas el primer capítulo
con el arco en cero y salió con idéntica decisión a jugar el
complemento, en el que volvió a tener la primera jugada de
riesgo a favor cuando promediaba ese período.
Fue con un remate del serbio Ivan Ilic que Skorupski alcanzó a
despejar y, tras el rebote, Zapata disparó sin suerte pues el
balón impactó en Sanabria camino al arco.
Un llamado de atención para Motta que decidió que era hora de
mandar al ruedo a Orsolini para sumarse a Zirkzee y al danés
Jens Odgaard y darle mayor peso a la ofensiva, pese a lo cual el
resultado no se modificaría y ambos equipos repartirían puntos.
Bologna pareció más conforme, aún cuando una victoria le hubiese
permitido desplazar provisoriamente a Juventus del tercer
puesto, dado que le sirve para seguir sumando en su objetivo de
asegurar el pasaje a la Champions, que está cada vez más cerca
de lograr. (ANSA).