(ANSA) - MILAN 10 MAY - Se han colocado 172 ataúdes frente al
Teatro alla Scala y al Ayuntamiento de Milán para recordar a los
muertos en el trabajo que Lombardía registró en 2023 y los 41
del primer trimestre del año, y para instar a la política y al
gobierno a implementar todas las medidas necesarias para
fortalecer la prevención.
En la flash mob en la plaza, frente al Teatro alla Scala,
participaron, entre otros, los dirigentes de la central sindical
UIL Enrico Vizza, Giuliano Zignani y Pier Paolo Bombardieri, y
el alcalde de Milán, Giuseppe Sala.
La manifestación tuvo como lema 'Cero muertes en el trabajo'
y 'No a los trabajadores fantasmas' y fue convocada para "llamar
la atención del público sobre las tragedias de las muertes en el
trabajo" de aquellos que "al final del día, no regresaron a sus
hogares y seres queridos", como destacó Bombardieri.
"En este país hay una guerra civil que deja 1.041 muertes
cada año y 500 mil accidentes. Es un tema que concierne a todos
y que debe abordarse antes que cualquier otra cosa. Si no hay un
respeto compartido por la vida humana, cualquier otra discusión
carece de sentido", dijo el secretario general de la UIL.
Bombardieri consideró que "debe introducirse el delito de
homicidio en el trabajo. Cuando los dispositivos de seguridad se
modifican para aumentar las ganancias, no se trata de
accidentes, lamentablemente son homicidios".
"A esto se suma la necesidad de intervenir en los
subcontratos, en las licitaciones al precio más bajo. En las
últimas tragedias que hemos registrado, siempre hay alguna
empresa que trabaja como subcontratista", recordó.
Por su parte, Sala sostuvo que "como alcalde, me gustaría
que se nos permitiera, en las licitaciones, garantizar una
verdadera recompensa para quienes garanticen la seguridad en el
trabajo.
"Lo lamentable, hablando de muertes en el trabajo, es que
hay ejemplos virtuosos. Se debe controlar bien los subcontratos,
se debe dar recompensas en las licitaciones a quienes garanticen
seguridad, se debe trabajar en las Listas Blancas. Es una
prioridad y hay que trabajar en ello", continuó el alcalde.
Para el jefe comunal de Milán, "no es que los subcontratos
sean ilegítimos, al contrario, en muchos casos son
indispensables. El problema es que deben ser controlados. La
certeza, a veces, es que cuanto más nos alejamos de las empresas
con las que, por poner nuestro ejemplo, la administración
pública ha interactuado, menos garantía tenemos del respeto a
las reglas". (ANSA).